¿En verdad existe la felicidad? ¿Por qué no puedo superar la tristeza? ¿Cómo puedo mejorar mi estado de ánimo? Cuando hablamos de salud mental, estas son sólo algunas de las muchas preguntas que solemos hacernos y aunque existen muchas opciones sencillas (algunas de las cuales tal vez ya hayas probado), lo cierto es que para los expertos, la felicidad no existe en la medida eufórica en que nos la han vendido, pero sí cuando la vemos como un estado de paz y autoconocimiento.
Alcanzarla, requiere de acciones radicales y de replantear nuestro estilo de vida en formas únicas a cada uno de nosotros. Pero, cualquiera que sea el camino, podemos asegurar que incluye los siguientes pasos:
1.- Dejar el autoengaño.
En términos emocionales es muy fácil que nos contemos mentiras, que nos convenzamos de que estamos bien cuando no es así o de que nuestras relaciones con otros son saludables cuando la realidad es otra. Lo cierto es que si te encuentras constantemente tratando de convencer a los demás de que te encuentras bien, o si descubres que te importa demasiado la opinión de los demás es probable que haya una realidad que no has aceptado. Alcanzar la paz requiere de gran valentía, para enfrentarnos a nuestro verdadero ser y descubrir qué es aquello que nos impide encontrarnos con nuestro verdadero sentido.
2.- Cultivar el agradecimiento
¿Sabías que el agradecimiento es una manera de reprogramar a tu cerebro? Somos un animal de costumbres, lo que significa que entre más uses ciertas áreas del cerebro más fuertes se volverán las conexiones neuronales asociadas con ellas. Por ello es importante asegurarte de promover conexiones saludables. No se trata de querer estar felices siempre, los psicólogos coinciden en que hechos tan sencillos como dedicar unos minutos al día a agradecer por las cosas buenas a nuestro alrededor puede incrementar significativamente nuestros niveles de felicidad en el largo plazo.
3.- Preocuparse más por dar que por recibir
Al igual que con el agradecimiento, realizar acciones desinteresadas tiene efectos visibles en nuestra salud mental. Al ayudar a los demás no sólo nos sentimos útiles, sino que cultivamos el desapego, una emoción clave en la felicidad duradera.
4.- Identificar y expresar tus emociones
Para lograr este punto es indispensable recibir asesoría de parte de un experto. Un especialista en salud mental podrá apoyarte a desarrollar técnicas que te permitan identificar tus emociones y a trabajar en maneras de expresarlas adecuadamente. Hacerlo es un paso muy importante para lograr entablar relaciones afectivas saludables y para conocernos y entendernos mejor.
5.- Practicar deportes y salir al exterior
Nuestra conexión con la naturaleza es innegable, la prueba más clara es la gran satisfacción que sentimos después de un revitalizante día de campo. Por ello, al menos una vez al día, busca salir a un espacio en el que puedas apreciar las bellezas de nuestro mundo y, si además al hacerlo practicas algún deporte, ¡mucho mejor! Los deportes no sólo te mantendrán estimulado, sino que también te ayudarán a mejorar tus habilidades sociales y un sano espíritu de competencia.
¿Cómo saber si soy feliz?
Aunque siempre habrá cosas que podemos mejorar, especialmente en términos de salud mental. Hay algunas claves que nos ayudarán a evaluar nuestro estado actual:
¿Tengo la habilidad de reconocer y manejar tanto emociones negativas como positivas de manera constructiva?
¿Soy capaz de crear y mantener relaciones afectuosas significativas con otras personas?
¿Cómo reacciono ante el cambio o la incertidumbre?
Hazte estas preguntas de manera periódica y mantente al pendiente de tu reacción ante ellas, ya que ellas te darán claves para descubrir el estado de tu salud mental y tu camino a la verdadera felicidad.
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