Se dice que todos somos protagonistas de nuestra propia historia pero, si esto es así, ¿cómo afecta la manera en la que la contamos? ¿Cuáles son los hechos que nos definen? ¡Esta información te interesa!
Dejar que la mente fluya
La terapia narrativa fue propuesta inicialmente por Michael White y David Epston en 1990, como una corriente alternativa de la psicoterapia. El planteamiento es muy simple: a lo largo de nuestra historia los seres humanos nos hemos valido de la narración para explicar nuestro entorno y nuestra vida. De la misma manera que las civilizaciones antiguas crearon narrativas para explicar su mundo, su sociedad y filosofías, los individuos viven su vida a través de historias que se entrelazan y, hay que decirlo, a veces se contradicen.
Lo más interesante es que, a medida que los estudios neurocientíficos y la terapia centrada en soluciones se han popularizado, se ha logrado encontrar relaciones increíbles entre las historias que nos contamos y la manera en la que nuestros cerebros perciben nuestra realidad. Es decir, si bien nuestro alcance en la realidad puede ser limitado, ¡la narrativa que asumimos al respecto sí que puede cambiar nuestro cerebro para bien!
En términos simples: las historias que elegimos contar sobre nosotros mismos afectan nuestro comportamiento, decisiones, nuestra personalidad e, incluso, ¡las conexiones neuronales de nuestro cerebro! Desde esta perspectiva, es verdad que nuestras propias profecías tienden a cumplirse, ¡por ello es tan importante ser conscientes de las historias que contamos sobre nosotros mismos!
El arte de narrar y sanar
Si bien existen diversas corrientes de terapia narrativa, en términos generales esta terapia busca que la persona que realiza el proceso aprenda, mediante cambios en la perspectiva de la narración, a modificar su monólogo interno y la narrativa sobre su historia. En términos más simples, se ha descubierto que desde edad muy temprana solemos elegir, de manera consciente o inconsciente, los hechos y decisiones en los que anclamos nuestra personalidad.
Tal vez alguna vez escuchamos a alguien decirnos "sentimentales" y ahora cada que expresamos emociones tendemos a autoidentificarnos con esa palabra. Esto, por desgracia, también aplica para narrativas dañinas. En un proceso de terapia narrativa se busca entender el flujo de nuestro pensamiento para seleccionar mensajes y palabras claves que nos permitan mejorar nuestra relación con nosotros mismos y comprender mejor nuestra historia.
De acuerdo con la terapia narrativa, al asumir el papel de narradores, logramos poner distancia entre los acontecimientos de nuestra vida y nosotros mismos, facilitando el análisis de las situaciones, sentimientos y actores involucrados, desde una perspectiva que es al mismo tiempo subjetiva y analítica.
¿Cómo inicio un proceso de terapia narrativa?
Actualmente, muchas corrientes de terapia se valen de las herramientas de la terapia narrativa para trabajar diversas situaciones, por lo que si ya te encuentras en un proceso de terapia puedes preguntarle a tu terapeuta sobre esta opción.
Una manera sencilla de conocer la narración que haces de ti mismo, es llevar un diario en el que dejes tu pensamiento fluir libremente. Al releerlo, seguramente descubrirás muchos aspectos de ti que antes no habías notado.
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